viernes, 25 de diciembre de 2009

La virgen del centro comercial

-No dejes espacios en blanco- le dijo el reclutador cuando le entregó la hoja desde su mostrador.Como todas las solicitudes de empleo ésta tenía algunas preguntas caprichosas sólo de interés morboso para un archivero olvidado. Se sentó en la fila de sillas de espera y sacó una pluma para rellenar el cuestionario.Mientras respondía en automático, pensaba en sus propios espacios, llenos de la noche pasada con ella. Fin de año no era el mejor momento para quedarse sin empleo, pero si aquella era su manera de darle ánimos, podría haber perdido el trabajo con resignación desde hacía mucho tiempo atrás.-Se te pasó una pregunta- le señaló el reclutador después de examinar la solicitud y se la regresó mirándolo con tediosa simpatía. Volvió a su asiento para examinar la forma.“Toca usted algún instrumento musical”, leyó la cuestión pasada por alto. A propósito la había dejado de lado. Sí o no y cuál, insistía. Necesitaba un empleo de temporada en el centro comercial, no aspiraba a tocar en la filarmónica de la ciudad, por qué la necedad.Era una de las pocas frustraciones que tenía en su historia, jamás haber podido dominar algún instrumento a pesar de lo mucho que amara la música. La guitarra, el piano, la flauta, todos apenas un desempeño decoroso, a veces creía que le fallaba la constancia pero decían que era el oído el que no le ayudaba.Ahora su oído regresó a la pasada noche en la sala, al sonido que escuchó de su boca justo después de chocar sus manos cuando ella ponía la última esfera y él acomodaba la estrella en lo alto del arbolito, reconoció en ese primer suspiro que esa era la música con la que él había soñado poder crear.

Era viernes y la virgen del nacimiento del centro comercial había dejado de serlo, miró sus brazos vacíos y al pecoso José. Cómo siempre cada nueva situación que se le presentaba estaba mezclada con una fuerte dosis de dolor y alegría, ahora se sentía rara en su papel divino. Después de todo no la eligieron por su pureza, más bien porque tenía la estructura, el tono de piel y el color de cabello adecuado, nadie le pregunto su historial sexual más allá de si estaba casada o tenía hijos. Había dejado de ser virgen en tantos aspectos que hasta había olvidado que en el lado técnico aún lo era. Pero la noche pasada mientras sacaba los adornos del árbol y lo miraba enredar las luces había regresado a un estado anterior de inocencia, antes de saber lo que era que una amiga le fallara o un chico la traicionara, antes de comprender que la honestidad a veces no servía de nada y entender que por más que deseara algo esto no se podría realizar. Cuando él le preguntó con ternura si le iba pedir un deseo a la estrella que colocaba en lo alto, ella lo miró con detenimiento y pensó que lo amaba que quizá podía volver a creer en alguien. Deseó que él pudiera quererla también. Cuando el le sonrió creyó que su deseo estaba cumplido, así que mirando la estrella brillar en sus ojos, pidió que se realizará el deseo más grande que el hubiera tenido.

Cuando ella se acercó, en su abrazo entendió que estaba hecha a su media, era el sentido para el que se habían creado sus manos, si no es que cada estructura de su cuerpo. La palpó por completó para descifrar de qué se trataba el susurro que subía y bajaba de tono. Recorrió en su espalda los secretos de su respiración, se bebió las palabras que no entendía pero al juntarlas con sus labios se volvían coherentes y acarició en su garganta la sorpresa de sus pieles en contradicción. La tocó hasta perderse en un silencio de anticipación. Al fin respondió que sí a la pregunta de la solicitud, y a la cuestión de cual instrumento, sólo puso un “usted no lo entendería”.

Se supone que no debe moverse, ya falta poco para que cierren las tiendas, pero él le hace señas desde la cerca del portal, su sonrisa le indica que le fue bien en la entrevista y la esperará. La virgen del centro comercial ya no es técnicamente virgen ese viernes, se echa en un brazo parte de su túnica y recorre la distancia que los separa, le da un rápido beso y piensa que se siente bien ser una persona de carne y hueso, que puede llegar a llorar a través ser tan feliz.

jueves, 10 de diciembre de 2009

La equivocación de Jorge

No puedo creer lo que me dijo Jorge. El es mi mejor amigo pero creo que esta equivocado, somos amigos de escuela y de barrio, él es el mas fuerte, siempre me protege, cuando salimos de la escuela generalmente voy a su casa siempre esta su mama, le digo tía de cariño, ella me trata muy bien, a veces me invita a comer. No entiendo por que mi mama tiene que trabajar tanto, tampoco entiendo por que no vive papa en casa.
Mama siempre esta muy atareada con su trabajo y los quehaceres de la casa. El otro día mis hermanos y yo estábamos viendo la tele, era un sábado, día que por lo general mamá hace aseo a conciencia, lavaba la ropa, acomoda cajones, es como un remolino; nos pidió que apagáramos la tele, que le ayudáramos recogiendo juguetes y tender camas, solo oía por respuesta un -ahí voy-. En tono muy enojado nos dijo: bueno ustedes no quieren una madre, quieren una gata, pues bien tendrán su gata.
Entra y sale de la cocina, con una actitud tranquila, nos pregunta usando un tono muy dulce, -¿quieren desayunar?-. Al unisonó decimos -¡si!-. En ese momento no notamos nada, hace unos ricos huevos revueltos, acerca una mesita a cada uno frente a la tele, nos sirve muy amablemente, con mucha extrañeza empezamos a comer, nos va llevando las tortillas calientitas, a uno leche sola, al otro leche con chocolate y al tercero con fresa, como sabe que nos gusta, y pregunta, -¿se les ofrece algo mas?-. Comemos, notando su cambio, tan amable, tan tranquilo, mi hermano le pregunta -¿que tienes mama?-, -Nada mi amor, solo he dejado de ser madre, para ser gata-.
Se va tranquila a recoger juguetes, tender camas, pasa frente a nosotros de aquí para allá, tan tranquila y resignada. Nos miramos unos a otros, pregunta, si quedamos satisfechos y tímidamente decimos que si, recoge los platos los lleva a la cocina, mis hermanos hablan entre si, dan por echo que se acaba de volver loca. Voy a la cocina, saco un cuchillo, me acerco a ella y le digo poniéndome el cuchillo en el pecho -¡vuelves a ser la de antes o me mato!-, voltea lentamente me mira con indiferencia y dice –matate-. Sigue lavando los trastes, para entonces ya estamos los tres llorando, pensando que esta totalmente demente, mi hermano mayor le habla por teléfono a papa, angustiado le dice -¡papa, papa mama se volvió loca!-. Papá pide hablar con ella, mamá le explica, que como no quieren cooperar en el aseo de la casa, tomo esa actitud, por impotencia, cansancio y desesperación. Papá pide hablar con nosotros, nos llevamos es un buen regaño, por no ayudar, nos dice que seamos mejores hijos. El susto provoca, sin decir nada, que uno salga a barrer la calle, otro a sacudir, yo cooperando con los dos. A partir de ahí volvió a ser la mama de antes, cariñosa y regañona.
La navidad se acerca y mamá nos dice que vamos a ir a México a pasarla allá, en casa de mi tía Linda, nos da mucho gusto.
Pensaba poder comprobar lo que me había dicho Jorge, ahora con este viaje no podría, era lo de menos, nos vamos en tren, es la primera vez que viajo en uno, es como un pequeño departamentito con baño y camas que tienden por la noche, muy divertido, mamá se preocupo por llevarnos una grabadora con nuestros cuentos favoritos.
La casa de mi tía Linda, es grande y lujosa, arreglada con un gran árbol, y adornos por donde quiera, veíamos todo con gran admiración.
El 24 es todo un trajín, bañando niños y arreglándose los mayores. Llego la hora de la cena, todo muy formal y elegante, muchos invitados, la familia de mi tía Linda y la del tío Luis, atendidos por meseros, copas y velas en las mesas, me sentía un poco raro pero disfrutamos mucho, de repente se empiezan a oír cascabeles y campanitas, sorprendidos buscamos de donde vienen. El tío Luis dice, -parece que llego Santa-.
Salimos corriendo a ver, era “El” Santa Claus, con un gran costal, nos saluda y empieza a sacar juguetes y mas juguetes para todos los niños que ahí estábamos, a mi me dio unos muñequitos de “G.I. Joe”, a mi primo los muñecos con nave y todo, no importa, me ingenie para hacer de los empaques de los juguetes de ellos una gran nave, al cabo de un rato todos estábamos jugando con mi nave inventada, fue una navidad inolvidable.
Solo deseaba regresar a casa para decirle a Jorge que estaba equivocado.


¡Santa si existe!



martes, 8 de diciembre de 2009

LA ENTREGA

Eran tantos sus deseos de escribir, su cabeza estaba pletòrica de ideas, de recuerdos, habia sabido escuchar tantas cosas, que desbordaba su deseo de contarlas.
Sin embargo sus manos no daban para mas, querían volar sobre el teclado y éste se le resistía. Los puntos y las comas hacían su pura voluntad y se ponían uno tras otro, en lugar de uno sobre el otro como debería ser.
Luchaba con los malditos puntos, a veces eran demasiados, a veces no se presentaban.
Por lo general los puntos finales eran los que parecían no existir.
¿Cómo pasar a sus manos la vida que transparentaban sus ojos? Haber escuchado la había vuelto muy sensible, pero de la manera correcta, no como el maldito teclado también sensible, pero mal, hacía que se equivocara poniendo ocho puntos suspensivos en lugar de sólo tres.
- A ver- le decía en voz alta sentándose frente a el – hoy vas a hacer lo que yo quiera.
Ponía paréntesis donde podían ir comas, no daba espacios donde a ella se le ocurría, el teclado se negaba.
Las historias de sus abuelos pugnaban por salir de ella a través de sus dedos, lo cual la obligó a pensar seriamente como domar aquel teclado rebelde.
Comenzó poco a poco, tecla por tecla, letra por letra con la paciencia adquirida en su trabajo de maestra .
Sufría al mismo tiempo que disfrutaba pensando en los relatos futuros, ya no tendría que almacenarlos en la memoria, sino que ahora estarían ordenados y en blanco y negro para disfrute de otros, no sòlo para si misma.
Un día descubrió que junto con las lágrimas al recordar el relato del matrimonio de su abuela, salían las palabras perfectamente escritas y puntuadas, pensó “ condenada máquina, quiere decir que necesitas mi llanto”.
Pasaron unos meses y ella seguía con su propósito de dar vida a las historias de los abuelos, en esa ocasión tratando de escribir, comenzó a reír a carcajadas por una anécdota que recordaba del abuelo, inmediatamente empezó a pasarla al teclado. . . ni una falta de ortografía, todas las comas correctas, paréntesis acomodados donde debían y pensó: “máquina condenada, quiere decir que necesitas mi risa”.
La vida de los abuelos, la de sus padres, la de sus hermanas , la de sus hijos fueron pasando por todo su cuerpo, temblaba de miedo, reía, lloraba, recordaba fielmente las cosas ocurridas en su familia, sus dedos empezaron a ser ríos de letras vertidas en aquel teclado que la hizo sufrir tanto, siempre de una manera impecable y por fin un día le habló muy seriamente a la máquina: Querida mia, ya lo lograste, te he dado mi llanto, mi risa toda mi vida y la has vuelto prosa, no te dejaré nunca y te pido que tù por favor, no me dejes a mi, ayúdame a seguir siendo escritora por el resto de mi vida.
La computadora pareciò sonreir, el teclado cediò y se entregó para siempre.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Compras de Navidad


El regalo que más me costaba elegir era el de mi papá. Ya había pasado por las corbatas, perfumes, carteras, paraguas, bufandas y cajas de herramientas. Este año iba a romper esquemas, tenia ganas de divertirme y porqué no, causar un poco de alboroto en mi aburrida familia, además de vengarme de esa extraña coincidencia de que mi padre, siempre me tocara en el sorteo del amigo invisible familiar.
El escaparate no tenia nada de sórdido, los artículos estaban presentados dentro de gorros de Papá Noel, encima de estrellas doradas o saliendo de cajas de regalos entre esferas navideñas y nieve artificial, la iluminación de un rojo intenso era el único detalle que podía reflejar, que aquel era un escaparate pecaminoso y que podía llevarte directo al infierno. Al entrar sentí la calefacción como un golpe en contraste con el frío del exterior. Me quité los guantes, la bufanda y el abrigo. Se me acercó enseguida un muchacho que supuse era el que atendía. Lo primero que recibí fue su perfume, fino, exquisito, con la cantidad justa para no pasar desapercibido y no molestar, admiro a los hombres que tiene esa medida precisa. Sus ojos se detuvieron en mis labios y antes de incomodarme, los apartó, mientras me decía que el guardaba mi ropa para que estuviera más cómoda.
Le sonreí al entregarle mi ropa de abrigó como hipnotizada, se la llevó a un colgador cercano, con un gesto me indicó que ahí iba a estar segura. Deseaba que fuera él el que me acompañara en mi recorrido por esos mostradores repletos de maquinitas ingeniosas y desconocidas. Y mi deseo, como les ocurre a todas las niñas buenas y más en Navidad, se cumplió. En pocos segundos se acercó ahora para abrir su boca de labios carnosos y decirme que estaba ahí para ayudarme en lo que necesitara, con una sonrisa entre inocente e incitadora, que resultaba irresistible.
La chica que también atendía la sexschop me guiñó un ojo cuando pasé por el mostrador que ocupaba y me dijo que estaba en buenas manos, que Jan conocía todos los artículos y cual podía acomodarse a mis necesidades. Sonreí y miré a Jan, sin poder dejar de fijarme en su pelo, con ganas de tocarlo, olerlo, acercarlo a mi rostro para hundirme en él. Para distraer mi atención y desviar mis pensamientos, le dije que buscaba un regalo para el amigo invisible navideño, y que el destinatario era mi papá.
Por respuesta recibí una amplia carcajada y después un pequeño suspiro que pude advertir como un reflejo de nerviosismo. Pero enseguida retomó su papel de dependiente servicial y experimentado y empezó a abrir una vitrina repleta de frascos, tubos y cajitas. Fue sacando un surtido muy completo de aceites, lubricantes, potenciadores y estimulantes. Mientras los enumeraba y recitaba con gracia, ingredientes, indicaciones y reacciones, sus manos parecían pasearse con toda esa suerte de líquidos primero por mis senos, bajando por mi barriga, penetrando en mi ombligo y deslizándose cuidadosas y diestras hasta llegar a mi pubis. Entonces dejó los líquidos y noté al desplazarme a un mostrador más retirado, que estos habían causado efecto en mi.
Ahora sonreía y jugaba, mientras hablaba con propiedad y una pizca de humor, sobre juguetitos con forma de submarinos, patitos con resortes y pilas, y el clásico anillo vibrador que prendió y colocó con suavidad en su dedo índice. Me guiñó un ojo antes de quitárselo y entonces me dijo, que lo disculpara, que había visto prenderse la luz verde de una cabina y debía atender al usuario. Al pasar junto a mi me rozó con su pelo y casi me tambaleo entre el calor, el olor y la excitación. Me puse a ver el resto de juguetes y artefactos que aún me quedaban por descubrir y en eso sentí un nuevo perfume. La muchacha que me saludó al entrar, fue la que ahora estaba junto a mí, preguntándome si ya estaba decidida. Titubeé un poco y conseguí decirle que esperaría a Jan. Como quieras, fue su respuesta, pero puede tardar, está muy solicitado.
De repente sentí como si todo se desvaneciera, un golpe de realidad con olor a ambientador barato me devolvió a las vísperas de Navidad, en una sexschop ordinaria de barrio periférico, con moqueta gastada. Aquí no iba a encontrar lo que estaba buscando y menos un regalo para mi padre, ¿a qué estaba jugando? Ya estaba mayorcita para andar con fantasías, buscando retos y provocando absurdas reacciones.
Me dirigí al ropero y cuando estaba agarrando la bufanda, sentí su mano en la nuca, acomodándola con cuidado. Me retiró el pelo y luego se paró frente a mí, con mi gorro en sus manos a punto de ponérmelo. Quise quitarle el gorro, me sentía ridícula de repente, pero sus manos tomaron las mías con energía al tiempo que decía, no te asustes, estas cosas a veces ocurren y más en Navidad. Me reí nerviosa y fueron mis ojos y un movimiento de las cejas, las que le preguntaron a qué se refería. Entonces tomó su celular y me pidió mi nombre y mi número. Se lo di sin resistencia, otra vez esa sensación de hipnotismo al verlo, olerlo y escucharlo. Al terminar de anotarlo sus ojos se detuvieron en los míos, para decirme que me hablaría más tarde, al cerrar, como a las nueve, que si nos tomábamos algo en lo que me seguía platicando sobre algunos productos imprescindibles. Sonrió sinceramente ayudándome a poner el abrigo, se acercó y pude olerlo de nuevo y mi respuesta fue que esperaría su llamada.
Con temblor de piernas y el corazón acelerado, salí a la calle, el aire helado me situó nuevamente a la realidad, era 23 de diciembre, mi padre necesitaba un regalo y yo me creía protagonista de una pseudoerótica escena de cine de bajo presupuesto. Sonreí mientras acomodaba mis guantes, me sentía a gusto, como hacia tiempo.
Me detuve frente al escaparate, tenía las últimas novedades expuestas con gusto, clasificadas por autores de diferentes procedencias. Un libro, ese sería un mejor regalo, menos rompedor eso si, pero así somos en mi familia, aburridos, previsibles. Entré relajada, ahí nada excitante ni turbador podía ocurrirme. La librería olía a madera e incienso, la iluminación era agradable, la temperatura elevada. Me dirigí a la sección de biografías y enseguida noté una presencia seguida de una voz harmoniosa a mi lado. ¿Buscas algo para regalar? me preguntó, y al voltear noté su mirada en mis labios y un sonrisa estimulante me recibió, si quieres puedo ayudarte, prosiguió, y empezó a quitarme la bufanda, tenia las manos bonitas, delicadas, admiro a los hombres con esas manos. Salí de la Librería con una invitación para desayunar al día siguiente y sin ningún libro para mi padre. Mientras caminaba hacia el carro con una sonrisa, sonó el celular, contesté, hola soy Jan, ¿dónde nos vemos?

domingo, 29 de noviembre de 2009

FANTASIA XXX (ejercicio de registro)

El sol cayendo un poco al poniente, irradiando su calor y brillantez, la arena caliente el agua fresca, apenas empieza la primavera, el clima ideal para gozar del mar y la playa, los KiteSurf demostrando sus habilidades, la palapa del restaurant y toda la playa frente a él, esta atestada de gente, niños, jóvenes y adultos.



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Este es el lugar perfecto, veo a Tom a los ojos, esta de acuerdo, acomodamos el camastro de forma que la mayoría de la gente nos pueda ver, me siento excitada, a mis 64 años, aun me veo bien con este pequeño bikini, que facilitara la faena. Nos acomodamos en el camastro, recorro con la mirada toda la gente que me rodea, las manos de Tom se pasean por todo mi cuerpo, acerca sus labios a mi hombro sigue por el cuello hasta encontrar mi boca, me besa apasionadamente, estimula mis ansias, la adrenalina fluye por mis venas. Las manos de Tom, exploran por debajo del bikini, hasta que encuentran y activan los botones mágicos, su mano sigue mas abajo, jugeteando, explorando, estimulando, mi rostro enrójese de éxtasis, mi cuerpo candente responde y se contrae al ritmo que él impone, de reojo, veo que me ven, ese joven nos observa abiertamente, me encanta sentir su mirada, seguro se esta calentando, mi goce es sublime, aquella mujer trata de desviar su vista, no puede, tiene cara de indignación, esto me gusta, seguro es mojigata. Me gusta, que me vean, me hacen sentir mas placer, que deleite...no, no, todavía no, no quiero acabar... no puedo ver mas, me entrego al clímax explosivo y electrizante, termino tumbada en el camastro, sin aliento, regocijándome por cumplir mi fantasía.


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Esta chela esta re buena, bien helada. ¡No mames!, como se atreve esa vieja a ponerse un bikini, esta toda chora, se le ve la cara de cachonda. Se acomodan, a escasos 6 metros de mí en un camastro, ella y ese vejete. ¡Ay! chingados, que cachondeada se están dando los viejos, esa vieja esta bien caliente, le gusta que la vean, es una puta maniaca, con el chingo de gente que hay en la playa, dándose ese agarrón, pinches viejos depravados. Le hago señas a Paco para que venga a ver, “mira se la esta cogiendo” “uta madre de que forma”, no mames cabrón, esto si que es un buen espectáculo, mucho mejor que los KiteSurf, ni la cerveza helada me baja esta calentada que me esta dando, ¡esta carbón!, se me esta parando. Paco y yo intercambiamos risas y comentarios, se esta viniendo esta vieja, ya se me paro bien de aquí me voy a hacer una manuela.


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Estoy embelesada viendo a los KiteSurf, si tuviera 25 años menos seguro que intentaría practicar ese deporte, llama mi atención un cachorro blanco seguido por dos niños, están jugando en medio del montón de gente que hay en la playa. El comentario de Agustín me hace recapacitar sobre la pareja que esta frente mi, “mejor deberían irse a un motel”, mis ojos no pueden dejar de verlos, mi mente les ordena que volteen hacia otro lado, pero no pueden, un remolino de sensaciones me envuelve, sorpresa, indignación, morbo, vergüenza, pero si son mayores que yo, que les pasa por la cabeza. Anonadada como estoy sin pedirme permiso mis labios pronuncian “¿que están haciendo?” como respuesta Agustín, solo me envía una mirada de “si, eso”, volteo a mi alrededor, Octavio sentado junto a mi se hace el sordo y ciego, un joven hace señas a otro para que venga a ver, la mayoría de la gente trae lentes obscuros que disimulan la orientación de sus miradas, yo no, y mis ojos no obedecen, entiendo que su intención es exhibirse, me siento incomoda. Opto por acomodarme de forma que el pilar de la palapa me impida verlos, pero aun así, hago trampa, de vez en cuando, me muevo para echar una ojeada. Terminan y se van, mientras yo no puedo salir de mi asombro ni sacar de mi mente, la escena.



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El niño esta cansado de tanto corretear en la playa, ahora quiere subirse en una hamaca, Lina lo lleva. Que bueno que Lina se fue con el niño a la hamaca, para que no vea a esos viejos exhibicionistas, si Vicky estaba tan distraída con los KiteSurf paraqué hace ese comentario Agustín, ignoro lo que dijo, mejor ni volteo, Vicky se ve nerviosa y apenada. Mis lentes obscuros disimulan que los estoy viendo, es un falta de respeto de esos fulanos a toda esta gente, hay muchos niños, que no habrá alguien que valla a decirles que se retiren, aquí no es lugar para hacer eso. Están muy entrados, la fulana la esta gozando en grande, que espectáculo tan vergonzoso frente a tanta gente que viene en plan de familia, que bueno que Lina no llego con el niño hasta que terminaron con su función.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Entre comisuras



Entre sus actividades diarias la llamó la jefa de personal en el cuarto piso. La ejecutiva la hizo sentar y con seriedad señaló haber escuchado que ella y el encargado de almacén eran muy buenos “amigos”, así que creyó necesario recordarle la política de la empresa acerca de las relaciones extra profesionales entre empleados: estaban absolutamente prohibidas.


Entre el silencio atento de su parte y una letanía por el otro lado del escritorio, se preguntó como llegó aquello hasta los oídos de la persona más exigente de la organización. No respondió nada ante la advertencia, nada le podían comprobar. Pero el juicio que escuchaba en la frialdad de su voz, era capaz de alterarla. Cuando fue contratada meses antes, aquella mujer le pareció buena persona, y ahora cayó en cuenta que las buenas personas son las que más fácilmente critican lo malo de los demás. La jefa no había aprendido aún, que cuando juzgas duramente a alguien, estás destinado a tarde o temprano ser enjuiciado por algo similar o peor.

Entre la sorpresa y la irritación regresó a su oficina. Eran buenos amigos, claro. ¿Pero, por qué le daban tanta importancia a su felicidad de las 5? El tipo de desconcentración que ahora sufría cuando debía terminar el reporte, seguro era el motivo, por el que se castigaba el afecto entre colaboradores. Por primera vez experimentó las limitaciones a la libertad que muchos atribuían a la empresa.

Entre las 5 y 5:10 acostumbraba ir por un café a la máquina expendedora del piso 2, único momento del día en que solía encontrarse con él, mientras Javier se preparaba un café americano, ella enfriaba un poco su capuccino latté, 4 minutos, donde intercambiaban lo sobresaliente del día o lo que iba a suceder. O que el tenía un amor secreto, que a ella le hubiera gustado ser. Ahora dudó de levantarse y buscar unas monedas. Pero su espíritu rebelde ganó.

Entre guardárselo o confiarle que estaban poniendo su relación entre comillas, bajo por la escalera. Él era la persona más sencilla del planeta, no tenía los artilugios de la gente que utiliza con brillantez el lenguaje, no citaba a ningún personaje famoso, o se refería a las palabras textuales de un libro, llamaba claramente a cada cosa por su nombre, su única relación con las comillas eran las pequeñas líneas que se formaban junto a las comisuras de sus labios cuando sonreía, eran encantadoras. ¿Lo habrían llamado también a él a personal?

Entre la excitación de verlo como siempre y la decepción que sería la última vez en sus cuatro minutos del café, miró de un lado a otro del pasillo, mojo sus labios en su capuccino y alzándose un poco se perdió por unos segundos entre sus comillas. También sabía a café. Sonrió ante su sorpresa, para ella no eran tan sólo amigos después de todo.

Y entre curiosidad y la repentina certeza, le preguntó: La mujer de la empresa con la que sales ¿es la del cuarto del piso?

domingo, 22 de noviembre de 2009

Caceria



Escucho un ruido y me levanto medio dormida, siento la pesadez por la falta de descanso.
Le llamo, como hago cada mañana si no lo encuentro a mi lado, pero al no obtener respuesta después del tercer intento, me lavo la cara y bajo la escalera para buscarlo.

Le vuelo a llamar cariñosamente, con el tono aniñado al que normalmente responde, pero nada. La sala está medio oscura, pero logro ver su silueta inmóvil, que resalta encima de la alfombra café. Me dirijo al refrigerador a por mi jugo de naranja y la luz de éste ilumina la sombra enfrente de él.

No sé que sigue después, si mi grito, mi temblor total o la aceleración de mi corazón ante la escena que por fin descubro. Después de mi parálisis momentánea, reacciono agarrando la escoba, acercándome a mi gato e intentando separarlo de su repugnante presa.

No puedo creer que él, mi gato, tierno y mimoso, al que he criado, al que le compro las mejores croquetas, al consentido mayor de mi casa y mi vida, haya podido cazar una enorme y asquerosa rata.

Estos pensamientos se atropellan, brotando con mis lágrimas de asombro y desesperación, mientras ya en una mano y si saber cómo, tengo una bolsa de plástico en la que introduzco un amasijo de pelos, carne, intestinos y sangre.

La veo bajar, tan chula como siempre. En las mañanas, miauuuu! igual me gusta como huele, como se mueve, como me habla. Hoy va a estar retefeliz, le traje desayuno, para que no tenga que andar cocinando con la cruda, bueno ella le llama resaca. La miro a los ojos cuando luz de esa cosa gris que guarda mi comida me ilumina, creo que se enojó porque no fui brincando hasta su cama, pero es que tengo motivos, ella aún no lo ha visto, por eso, ni me saluda.

Y ahora, por qué está chillando la muy exagerada, ¿Qué espera pa’ venir corriendo, estrujarme y felicitarme? Huelo su miedo, no entiendo porqué se acerca con esa cosa con pelos amarrada a un palo, no sé porqué con esto me hace a un lado de su regalo, que ya empezaba a probar pa’convidarle. Como me aguita verla chillar, me grita y llora, está muy enojada porque me suelta un verbo en esas palabras que no entiendo, como las que habla por esa máquina que hace ruido cuándo mis patas la pisan.

A veces no entiendo lo que hacen los humanos, incluso a ella me cuesta entenderla, todo está bien para un desayuno de domingo, pero la rata ya no está, desapareció junto con ella, que además hoy, cierra la puerta dejándome sobre el zacate con este solazo, sin una caricia de despedida. Probaré con esa que siempre está trepada en la barda, tal vez le guste más, no tiene pelos y la neta, parece que sabe rico.

lunes, 16 de noviembre de 2009

La respuesta



Solo me gustan los hospitales en las series de televisión, los médicos también, como a media humanidad, el Dr. House me fascina, engloba todo eso bueno y perverso del ser humano, con bastón y barba de tres días perpetua.


Pero cuando recibo la llamada, no pienso en enfermedades impronunciables de guión televisivo, un punzante golpe de realidad interrumpe mis vacaciones y corro a reencontrarte desde el pasado a un presente que se me ofusca por momentos.

Tu hermano no ha sido nada preciso, te internaron y quieres verme. Me despido prematuramente del paisaje tropical, con exceso de sudor y falta de fuerzas. Tengo tiempo de recordar la última vez que nos vimos, se acabó el amor, cambiaron las cosas me dijiste, y ahora cuatro años después voy a verte de nuevo.

Las cosas deben irte bien, nada de seguro social, la recepción del hospital es lujosa, funcionó tu negocio o quizás sea cosa de tu pareja. Veo a tu madre en la salita junto a tu habitación, cansada, imperturbable, lejana. Antes de saludarla hablo con la enfermera que atiende tu área, al acercarme al mostrador huelo su Chanel 5, es guapa, la clase de mujer que te gusta pienso, mientras también observo que su cuerpo parece recién retocado por bisturís y liposucciones.

Me presento como tu esposa, me ve de arriba abajo con aire de incredulidad y con una media sonrisa dice que debo estar confundida. Claro ya no soy tu esposa, tu esposa debe haber llegado antes, que absurda me siento, ni tan siquiera sé si tienes otra esposa. Contesto con otra sonrisa a la enfermera de lujo y digo tu nombre, es un amigo añado. Todo va según lo previsto me dice, y luego entornando los ojos y viéndome por encima del hombro, me invita a ocupar la sala de espera junto con los familiares, siento su respuesta aunque muy inconcreta, como buena.

El espacio es agradable, el aire acondicionado el necesario, no huele a hospital, parece que el ambientador también es Chanel planta cuarta. La decoración minimalista, algo zen, el feng shui en toda regla se siente en cada metro cuadrado, realmente las cosas te deben ir bien.

En el sofá blanco del lado de la ventana que da al mar, tu madre hojea una revista, piernas elegantes y cruzadas que se mueven nerviosas cuando llego enfrente. Me reconoce al momento y empieza a llorar mientras deja la revista en la mesita de cristal. No sé qué decir, ella habla mero, un lo siento es lo primero que escucho. Las lágrimas también invaden mis ojos, la imprecisa información de la enfermera pija me había tranquilizado pero la expresión de mi exsuegra, me confunde y me da a entender lo peor. Un accidente te ha dejado paralizado, la operación salió bien pero no se saben aún las consecuencias, es lo primero que pienso, tu moto, esa moto motivo de disputas, al fin te la jugó.

Mi suegra me abraza con ternura y al notar mi angustia me dice que será mejor que tu me lo cuentes. No estás inconsciente al menos, tu madre me ve ahora con extrañeza y luego me dice pobre, que de seguro no sé nada. Que me tranquilice, que no tuviste ningún accidente, que todo está bien o al menos eso parece.

Hay flores violetas en la mesita, me das la espalda, estás viendo el mar por la ventana o quizás duermes. Tu madre sale y se despide con un apretón en mi brazo. No huelo tu perfume, lo cambiaste claro, la luz tenue de la habitación me relaja, no huele a enfermo, mi corazón late con fuerza, quiero estar relajada antes de hablarte, quiero estar serena cuando me veas.

No puedo dejar de ver el mar, me relaja. El efecto de la anestesia ya está llegando a su fin y necesito tranquilidad para contártelo. Me imagino que has sufrido en estas últimas horas, pero supongo que también lo has hecho en los últimos cuatro años. Sé que no entendiste mi brusca partida, porqué te conozco y sé que me amabas y me hubieras seguido amando. Te noto a mi espalda, seguro llevas uno de esos vestidos que tanto me gustan, alguno de un estampado que no conozco, pero que debe sentarte tan bien. Y te huelo, si yo también sigo con el juego de los olores, que como decías te transportan, te sitúan, molestan o convencen y persuaden. Tú hueles a vida, a fuerza, a rebeldía a sensualidad, como envidio tu olor, ese que no se mete en frascos y no se puede pulverizar.

El silencio empieza a sentirse, te sientas a mi espalda, en esa silla de diseño, que como debes estar pensando no encaja para un hospital, pero claro si para uno como este, el más caro de la ciudad. No sé si empezar por hace un mes o por hace más de 4 años cuando acepté lo que me estaba pasando, tú no sabes nada no dejé que lo notaras, no pude compartirlo por cobarde.

Empezaré contándote que hace un mes me tocó la lotería, es algo claro y tangible, aunque puede que no tenga nada que ver en cómo empezó todo, pero me ha llevado hasta este hospital lujoso y me ha servido para seguir con algo que tenía pendiente, algo que va a cambiar mi vida, algo que va a salvarme. De hecho estoy pensando que si abro la boca antes de darme la vuelta, o si simplemente hago eso, me volteo y me ves, las palabras casi no serán necesarias, aunque tú te merezcas tantas.

Siempre he querido ser como tú, es lo único que alcanzo a decir al darme la vuelta en la cama, antes de ver tu rostro repleto de lágrimas. Las mías también brotan imparables, no puedo hablar mis labios tiemblan, quiero tender mi mano y alcanzar la tuya, pero no puedo, no me atrevo, temo tu rechazo, tu repugnancia al ver en lo que me he convertido.

Por sorpresa es tu mano la que se acerca a mi camal, la que seca las lágrimas de mi rostro, la que toca mi cabello mientras lo peina. Tu llanto va dando paso a una sonrisa que adivino es de alivio, sueltas un suspiro que has guardado por años creo. Ahora te ríes, veo tus dientes, hermosos dentro de tu boca que besé por tanto tiempo, como la extrañaba, tu risa, tu cara cerca de mí, tu olor. Me dices que ahora lo entiendes todo, que por fin entiendes.

El me dice que cuando lo supo quiso contármelo pero no pudo, que sabe que sufrí con esos olores femeninos que descubría después de las salidas nocturnas, de esos cambios de humor, de esas incomprensibles razones por las que ya no me hacía el amor.

Y si, después de tanto tiempo, al ver tus cejas tatuadas, tus pómulos perfectos, tu piel depilada, tus labios perfilados, lo entiendo. No puedo dejar de vete, de escuchar la modulación de tu voz ahora más aguda, pero igual de sensual, no puedo dejar de tocar la silicona de tus senos.

Me dices que con el dinero de la lotería esta última operación te convirtió totalmente en mujer. En lo que siempre quisiste ser, en lo que fuiste siempre sin reconocerlo.

Mientras nos abrazamos con fuerza, sueltas una pequeña carcajada mientras me dices que no llore, que aún te queda para que yo me haga unos retoques, que nunca estuve satisfecha con mis pómulos y que eso ahora tiene solución.

Me pides que me quede a pasar la noche, que quieres contarme tantas cosas, yo veo el mar sin soltarte la mano, tu manicura está mucho mejor que la mía pienso. Me siento en el sillón de diseño con piel de vaca junto a tu cama y empiezo a escuchar tu historia, la historia de esta mujer, que un día fue mi esposo, y aunque aún no asimilo lo que acaba de pasar en estas últimas horas, me siento mejor que hace mucho tiempo, nunca pensé que la visita a este hospital más cercano a la serie Nip Tuk, que a ER, por cierto, iba a cerrar tantos interrogantes.

sábado, 14 de noviembre de 2009

COMO RECESO DE LOS SIGNOS

UNAS CUANTAS FOTOS,
TRABAJANDO EN LO QUE NOS GUSTA












LEER NUESTROS TEXTOS

miércoles, 11 de noviembre de 2009

LEGERE



Nació en año bisiesto, un 29 de febrero de luna llena, inquieta con una mueca de sonrisa, podía sentirse su personalidad y carácter, su padre orgulloso comento al tiempo que la cargaba en brazos.

- Esta niña, se llamará Legere-.
-¿Legere?- pregunto la mamá.
–Sí, quiere decir leer, viene del latín, en principio es "escoger" pero se entiende la lectura como un acto intelectual de elección y combinación de grafemas, para extraer un significado, de ahí que sea el origen de la palabra leer.
Papá ¿está muy lejos la luna? Si, mucho… papá, ¿por qué vuelan los pájaros?, ellos tienen alas… papá ¿por qué rebotan las pelotas?, ¿por qué el agua es mojada?, ¿por qué los peces no se ahogan?, ¿por qué brillan las estrellas?… Papá, se quedó calvo de tanto pensar para responder las preguntas de Legere.
Un día, Legere salió corriendo a recibir a papá, ¿Qué traes ahí? ¿Qué es?, ven te mostraré, sus ojos brillaban de emoción, ¿para qué son esos libros? Esta, es la enciclopedia del “POR QUE”, la compre para que tu misma busques las respuestas, yo no las sé todas, los dos podremos aprender cosas nuevas, aunque siempre podrás preguntarme. Legere se le colgó del cuello, dándole un fuerte abrazo, ¡Este es el mejor regalo del mundo papi!
Tantas veces esos libros fueron consultados que al tiempo estaban gastados y desvencijados, esa es la hermosa señal de que un libro a cumplido su cometido. Leyó todas las preguntas y respuestas, siguió buscando respuestas en las bibliotecas, y en cuanto libro caía en sus manos, las preguntas son una fuente inagotable, un pozo sin fondo.
A más respuestas, más preguntas.
El regalo de papá, le enseñó que leer da respuestas, se pueden descubrir lugares, cosas, animales, inventos, asimismo la imaginación crece a borbollones. Leer se le convirtió en pasión.
Legere eligió ser “Cuenta Cuentos”, para enseñar a los niños el gozo de leer.
-¿Por que los signos de interrogación tienen esa forma?- pregunto un niño que escuchaba un cuento.
Legere le dijo: -Cuando empiezas una pregunta, el signo tiene la panza llena de dudas y al terminar, el signo se queda pelón de tanto pensar.
Qué ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Así?, los signos de interrogación son pieza importante del territorio de los curiosos, los intrépidos, los inventores, y los creativos.


lunes, 9 de noviembre de 2009

Somos Dos




Dos Puntos, eso representamos en este mundo. Ninguno esta sobre el otro, aunque en ocasiones esperes que camine bajo tu sombra…nunca sabremos si el que esta caminando debajo, eres tú. Y los distanciamientos, las discusiones, las pausas a veces nos convierten en un punto y aparte. Pero seguimos en la búsqueda, juntos, de la mano y nos convertimos en un punto y coma, respetando la libertad, respetando la diferencia de ideas, respetándonos y amándonos. Y nadie ha dicho que sostener una relación sea fácil, no importa el tipo de relación que sea, nosotros los dos puntos la complicamos. En ocasiones somos tan felices que las sonrisas se ven dibujadas de una manera tan real que nos convertimos en comas, ahí es cuando vamos caminando despacio tomando suspiros de aire fresco, una idea es tuya, la tomo, la acepto la hago mía, (otra pausa) otra sonrisa una idea mía la analizas, la desmenuzas y la haces tuya, y así como el vaivén de un péndulo, seguimos nuestra vida con sonrisa de coma. Y después de tanta pasividad llegan los días negros del mes en los que me convierto en un signo de interrogación, indescifrable para ti, no entiendes mi cambio radical de humor, no entiendes el porqué de mi llanto sin razón, te preguntas si algo has hecho, pues tu sigues siendo “un punto” y yo la interrogación…tu mientras, sereno esperas paciente que retome mi forma natural, un punto he vuelto a ser. Ahora, soy un punto meloso que te admira como nunca y que disfruta el estar junto a ti, pues ahora pienso que los dos puntos deben caminar codo con codo. Seguimos juntos, pues nuestro destino así está establecido, en el surco que dejó el lápiz con el que se escribió nuestra historia y la convivencia diaria nos hace convertirnos en puntos suspensivos, completamos pensamientos del otro, frases del otro, sentimientos del otro…o será que: “¿somos realmente el  complemento del otro?”
Por todo esto agradecida estoy y diariamente pienso: (dos puntos) “Debemos aceptar los cambios, diariamente tomamos diversas posturas y formas, nuestras prioridades van cambiando, nuestra vida seguirá cambiando quiero seguir en la búsqueda, pero acompañada, quiero seguir tomando diferentes formas pues se que si no estuviera con mi otro punto podría encontrarme como coma sonriente, pero sola, también se que jamás podría ser un punto y coma pues no tendría con quién compartir. Si no estuviera con mi otro punto no haría otra cosa más que estar en relaciones en las que quisiera leer el párrafo siguiente y convertirme en un punto final”.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Una pausa sin final

Observa la frase que escribió en la arena y no sabe si lleva punto intermedio entre esa sucesión de palabras o simplemente entre los espacios se insinúa una coma. Acaricia su frente con la pluma de ave que encontró medio enterrada en la arena, finalmente se le ocurre que allí va punto y coma, se lo pone antes que la borre la marea.




Los demás se escuchan en algarabía allá en el balcón de la casa, están celebrando algo. Ella de repente, y como de costumbre entre tanta gente, ha pensado que no puede respirar. Sabe que en otro tiempo el hubiera venido tras de ella, a respirar también. Hoy se queda en el aire de la persona que ha escogido para pasar su vida.

Aún hay luz y está suficientemente sobria para que no tiemble su mano ante el ritual de escribir su pensamiento más profundo para dejarlo ir.

Estaba el mar así de tranquilo cuando le preguntó que sentía por ella y viendo su cabello ondularse con el mar no sabía lo que el contestaría. Ella es de las personas que no sabe cuando la fiesta se acabó o cuando en una conversación le toca hablar, cree que muchos seres allá presentes podrían pertenecer perfectamente a otro planeta y aún cree que los imposibles se pueden realizar. No aprendió nunca cuando al finalizar una idea se cierra con un punto o cuando simplemente sobre la pausa se cierne una coma. Cuando se enfrenta a esa duda y no sabe qué poner, sólo piensa aquí va punto y coma.

Quizá él no la quiere por ser está mujer indecisa que no puede presumir con los demás o porque él no cree que existe otro unviverso más allá de ese balcón, porque tendría que creer que si el mundo precisa de gente decidida para triunfar, también necesita de quien pueda dudar de lo que ven sus ojos, de quien pueda cuestionar.

El podrá decidir nunca haberla querido o no quererla nunca más, podrá quedarse en la comodidad de la distancia, ignorarla con la excusa de no herirla o alentarla más. Podrán sus miedos poner palabras en su boca que ella nunca dirá, pero no puede decidir lo que ella por él sentirá. Puede decretar que sea lo que ellos sean acabó, pero no puede evitar que ella haya experimentado que su existencia le daba sentido a la suya.

No, no podrá aspirar el olor de su cuerpo como una fresca mañana, ni depertarlo en la tibieza de sus brazos para sacar la basura. No podrá contarle lo que ha sido que él ya no sea parte de su camino, ni la esperanza que tiene con la llegada de alguien nuevo y precioso a su vida. De como con la paciencia de las olas se ha ido desmoronando el nudo en la graganta que sentía desde ese día, para dar paso a una voz clara, lista para hablar de amor, más fuerte y mejor.

Él no confía en la tregua segura que cobija a una amistad, ni ella en la hipocresía de tratarse como apenas conocidos. No habrá el alivio que deja el sentimiento al ser correspondido, ni la paz definitiva de un adiós cuando deja todo concluido. Lo que se le ocurre que tendrá es una historia que contar a sus nietos en una tarde de playa. Quizá en ese tiempo se hayan inventado nuevas marcas de puntuación y talvez también se hayan encontrado otras desconocidas formas de dar amor.

Respira hondo antes de regresar a la casa. Hoy no hay lágrimas que empañen su vista y se confundan con el mar, ahora sólo es la natural oscuridad que no la deja leer lo que ha escrito...

El amor a veces existe por una razón; punto y coma; y a veces existe sólo porque es amor.

jueves, 5 de noviembre de 2009

DESCUBRIMIENTO

Comencé siendo una frase, me escribió una niña de quince años, estaba distraída durante la clase.

No fui ni siquiera una oración completa, solo una frase corta y escrita sin pensarlo mucho.

Ella escribió: Estoy enamorada y siguió con la mirada perdida entre el pizarrón y su compañera de enfrente.
La clase era aburrida y ella sólo pensaba en la tarde anterior, volvió a escribir, estoy enamorada, pero sin poner atención a lo escrito en el papel y se quedó pensando en peinarse igual que su compañera al siguiente día.
Yo la veía desde la hoja de papel en que me había escrito y me di cuenta como le fue llegando el recuerdo del aire tibio y los manos entrelazadas, los ojos de él fijándose en los de ella , antes sólo se miraban de lejos, de soslayo dándose a entender uno al otro que se gustaban.
Se quedó con la vista fija en mí y agregó un signo grande de admiración al principio, otro también grande y recalcado al final ¡estoy enamorada! ¡Estoy enamorada! Yo no era ya más una frase, era la admiración ante el suceso que recordaría toda su vida, la primera emoción maravillosa ¡se enamoró una niña! Y empezó una historia.
Ya no soy sólo una frase, soy un recuerdo vívido en la mente de una mujer empezando su camino para encontrar al compañero que tal vez será capaz de ayudarle a llenar su necesidad de cariño, tal vez no, pero esa frase que soy yo ¡ESTOY ENAMORADA! siempre estará con ella, yo siempre ¡estaré con ella!


SEGUMOS CON "COCINANDO ESCRITURA"

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"Los Pinches de la escritura"

domingo, 1 de noviembre de 2009

ASI ES LA VIDA



La vida, que expresión de Dios tan maravillosa, nos pone, en situaciones que debemos pasar, para aprender a ser mejores humanos, crecer, lecciones fuertes, si las aprovechamos salimos fortalecidos, mas humildes, entendiendo la vida, a la gente que nos rodea, comprendiendo el verdadero valor, respeto, lealtad, fidelidad, humildad, rectitud y sobre todo dar mas cariño que es el alimento del alma.



Me siento tan privilegiada, tanta gente sin hacer mucho alarde me ha demostrado que ahí están, que me quieren, que me aprecias, inclusive que me admiran y necesita, es tan grato sentir su cariño.


De que me podría quejar si tengo tres luceros, tres estrellas, mi niña luna estrella es la mas bella, compasiva, condescendiente y también de las que se saben defender y no se dejan aplastar, la admiro, su talento es inmenso. El lucero grande siempre con su sonrisa y ese dejo de no pasa nada, que te hace sentir bien, y mi estrella sol, motor de tantas cosas que he hecho, desprendido, noble, ingenuo y sobre todo cariñoso, es tan bueno que ahí traemos un pleitecillo mi Dios y yo por él, claro que yo confió que Dios sabe cual debe ser el veredicto yo me pongo en sus manos. Mis hermanas siempre leales, siempre presentes.


Estoy en manos de Dios, solo él sabe que hacer, estoy dispuesta a asumir su voluntad con fe,  paz y alegría

sábado, 31 de octubre de 2009

Cocinando escritura

Inicio con este relato, la última serie de textos que inventamos recientemente El Taller Femenino. La titulamos "Cocinando escritura" y nuestros utensilios fueron los signos de puntuación, unos "pinches de cocina" indispensables para los textos literarios, con los que jugamos a convertirlos en personajes de lo más dispares. Los vestimos de gala en una presentación para el Festival de la Palabra del pasado dia 23 de octubre en Hermosillo, a la que pusimos voz, gesto, humor y como es fundamental, pasión.

Aquí va uno de ellos, podran leer toda la serie, un total de siete, en los próximos dias.
Bon apettite!

Entre paréntesis




La tienda abría puntualmente al alba, el dueño, Pertinente Puntilloso, recordaba con nostalgia las buenas épocas en que su establecimiento permanecía abierto las 24h, pero la crisis de justificaciones, la autosuficiencia, y la falta de interés histórico mundial, lo obligaba a tener un reducido horario de atención al público, que sobraba para atender una clientela inexistente.

La tienda de paréntesis no tenía el aspecto de su época de apertura cuando existía la escritura. Entonces los paréntesis eran de vital importancia para hacer aclaraciones, enmarcar fechas, autores y lugares imprescindibles. Ahora con las máquinas escribientes creadas para desarrollar mentes competitivas y nada asertivas, el negocio de don Puntilloso herencia familiar muy preciada, veía muy cercano su cierre.

Ese día y como solución desesperada, Pertinente Puntilloso, único pariente vivo de una parentela dedicada puntualmente a la venta de tan primordiales signos de puntación, decidió poner un anuncio en el escaparate:
Se dan clases con paréntesis (como, cuando y donde usarlos). De regalo con la primera clase el paréntesis que prefieras (los hay domésticos, para viajar, para la oficina, para las relaciones y para incontables ocasiones). Precio simbólico (muy barato).

Pasaron frente a la tienda unos jóvenes. Jamás habían leído un texto entre paréntesis donde las palabras parecían prisioneras, comentaron que no entendían nada. Pertinente Puntilloso al escucharlos sintió gran decepción y educadamente los invitó a pasar.

Los muchachos más por burlarse de aquel personaje extravagante, que por interés, decidieron entrar. De la puerta saltaron unos paréntesis a recibirlos. Eran los típicos aburridos que acompañan fechas, recuerdan nacimientos, defunciones y otras celebraciones. Siempre que tenían clientes y eso no acontecía en los últimos tiempos, los paréntesis porteros dejaban a la intemperie los números que anunciaban el año de apertura de tan desfasado negocio.

Los acomodados en repisas, los de los libros, los envueltos en celofán, los de las cubetas, muchos pegados por lagañas y revolturas sexuales, también se acercaron con prisa a esos clientes involuntarios. Los corchetes con sus formas rectas y poco invitadores, fueron los primeros en alistarse para ser adquiridos. Se creían necesarios para actuaciones en textos científicos, en los que disfrutaban sobretodo encerrando puntos suspensivos, los encontraban tan sexys...

Las llaves de formas rotundas, se presentaron ante los jóvenes, sus acrobacias les provocaron una carcajada, al colocarse entre una frase que anunciaba su oferta: Viste de gala tu redacción, (las llaves son chispeantes, dan importancia, glamur y distinción a cada oración).

Rodeados por tan anacrónicos artículos, los estudiantes reian incrédulos. La más joven, una pecosa de ojos tristes, abrió su lap y buscó esos signos estrafalarios.

Los encontró formando rostros risueños, enojados e insinuadores. Era imposible colocarlos entre unas letras que no construían palabras ni frases explicativas. Buscó su función en el diccionario ultraligero del pasado y entendió lo importantes que habían sido. Se desesperó, porque se había enamorado de esas formas que intentaban encajar en un presente inexpresivo y frio. Era injusto relegarlas a formas de expresión para la que no habían sido creadas. Entonces miró a sus compañeros y dijo: mensaje activación signos.

Los jóvenes hablando abreviada y atropelladamente, para desconcierto de los paréntesis, siguieron los consejos de la pecosa y organizaron una reunión virtual.
Esa misma tarde la tienda se llenó de gente que parloteaban con señas y signos en máquinas con chips más que prodigiosos. Todos querían conocer a las eróticas llaves y las desventuras de los paréntesis.

Por la noche, cuando la tienda se desalojó, los paréntesis exhaustos por tanta agitación, se acercaron a Pertinente Puntilloso para pedirle ayuda. Debían preparar la primera función. Ya habían vendido boletos: a precio simbólico (muy baratos).

El dueño de la tienda no durmió esa noche ni muchas otras, el se encargaba de transcribir los textos que los jóvenes enviaban para ponerlos entre paréntesis. Los paréntesis jugaban con cada frase, cada fecha, acomodándose de forma espectacular en el escaparate de la tienda, donde un numeroso público se disponía a presenciar tan singular espectáculo cada noche.

Triunfaban las llaves y sus coqueterías, las galanterías corcheteras y las batallas de paréntesis que siempre cerraban la función. La tienda se hizo famosa por ser única en su especie, Puntilloso se enriqueció con los boletos y las traducciones.

Los paréntesis reconocidos mundialmente como figuras mediáticas, no perdieron la esperanza de que tal vez un día, saldrían de la tienda para volver a formar parte naturalmente de la escritura, (pero eso ya sería otra historia).

domingo, 25 de octubre de 2009

¿Sirenas, aves, delfinas...?






Me sucede, sí, que después de una presentación nuestra, del Taller Femenino de Creación Literaria en la cual hemos puesto el entusiasmo, la disciplina, la convicción y la entrega, me lleno de una adrenalina que claramente me está volviendo adicta.
Así es la pasión del arte; así es la emoción de ejecutar un "performance", salir al escenario, mostrarse ante el público y estar con todos los sentidos puestos en que nada debe fallar.
Muchos más sentidos hicieron falta, porque estuvimos en Festival de la Palabra con "Cocinando Escritura". Ya pondremos fotos, ¡ya vendrán!
Pero... cuántas ideas revolotean cuando todo pasa. Es como levantar el vuelo y tener que parar en una rama, porque el impulso inicial no da más, y sabemos que es un viaje que hay que continuar.
Me sucede, sí... que fluye adrenalina y luego bajo, me hundo en un sopor de impotencia porque quiero seguir volando. Porque somos una parvada de aves, porque vamos juntas. ¿A dónde? Pues a construir nuestro propio nido.
Mujeres escritoras; trabajando y haciendo fuerza. Solas y a la vez unidas; todas somos una. Cada una es todas.
"Cocinamos escritura", sí. Causamos asombro, envidia, admiración, recelo. Lo nuestro ES NUEVO, propositivo, sellado con su propia fuerza, blindado.

Quiero seguir. Tenemos que seguir. Necesito ¡adrenalina!
A lo que sigue, pero ¡ya!

Chicas adorables, compañeras de la primera generación... cada vez me enamoro más de mi condición de mujer. Cada vez amo más a mi género y me alegro de haber nacido en esta mitad de la Humanidad. Hay mucho, mucho más qué construir.

 

domingo, 18 de octubre de 2009

En bicicleta

La vida se percibe con otra perspectiva en bicicleta. La descubro montada en el asiento de una bici verde reciclada que me prestan con mucho cariño, para bien de mis músculos, mi equilibrio físico y mental.
La educación vial algo descuidada en general y en concreto en este ciudad, hace que aguze mis sentidos cuando manejo al principio con cierta torpeza, estos pedales poderosos, compañeros de confidencias bicicleteras con escenario de mis puestas de sol preferidas.
Mi atuendo que pretende ser deportivo, contrasta con los demás usuarios de este medio de transporte, trabajadores la mayoria, que lo usan no por deportividad, sino por necesidad. También mi actitud es distinta a la hora de lidiar con camioneros y demás conductores, mi miedo al cruzar calles, puentes y colonias, no se ve por ningun lado en la actitud de estos ciclistas involuntarios que cruzan descampados y monte para llegar antes a sus casas.
En estas dos semanas pedaleadas en tardes de nubes sin demasiado calor, reconozco mi colonia, sus vecinos, los olores, las vidas, tan distintas, tan iguales.
Veo vidas tiradas en el canal del río, arruinadas por el alcohol;perros, esos seres queridos que sobreviven y me saludan tristes a mi paso, a los que pasearia por un rato, solo por dejar de ver esa expresión de soledad en sus rostros.
Veo niños tras balones, tras muchas sodas, tras padres distraidos, sin rastro de padres.
Veo suciedad en las calles, basura que creamos, acumulamos y no eliminamos adecuadamente. Escucho al señor de la gasolinera que nos reconoce por algunas llantas ponchadas, quiere plática, le sobra aburrimiento.
Veo colonias reviviendo como Villa de Seris, toda una historia ahora convertida en paseo; veo colonias en transformación, veo colonias surgiendo de la nada, algunas otras muriendo.
Veo los cerros pelados, impasibles vigilando la ciudad, a los unos y a los otros, a los que nos atrevemos a andar en bici ahora que el calor arrecia y a los que no pueden permitirse esta mirada.
Y siento el aire y lidio con las aceras dañadas y sonrio al sentir mis músculos y pienso que vale la pena cada pedaleada, que vale la pena vivir también al ritmo de la bici, aquí sin carril ni semáforo especialmente creados para usuarios de tan sano y ecológico medio de transporte.

sábado, 17 de octubre de 2009

LA TORMENTA

Mis pensamientos son un enjambre de mariposas, revolotean suben y bajan alrededor de las ramas del árbol no están seguras de posarse en sus hojas, quedarse quietas, enfrentar el paisaje, tienen miedo, se agotan no pueden seguir en ese vuelo desordenado, su instinto pide pósate descansa, enfrenta.
Al aceptar su cansancio se posan por fin en las ramas, ven una cascada de agua turbia, es una avenida, arriba en la montaña cayo una tormenta, el agua acarrea piedras y palos.
¿Qué tengo que hacer? hago, intento, soy fuerte, soy débil.
El águila que sobrevuela ese paraje, sabe que pasa, observa las mariposas, les comenta, es una gran avenida, pero arriba en la montaña ya salió el sol y pronto el agua de la cascada será nuevamente clara, transparente y tranquila.
Creo en el águila, agradezco su compasión, sé que no miente.
Esa águila es Dios

lunes, 12 de octubre de 2009

DOS CARACTERISTICAS DE PERSONALIDAD QUE NO QUIERO TENER

PETULANTE
Querías una disculpa, pretendes se te vea como una persona especial, merecedora, ante la cual hay que inclinarse, ¡pobre! que pobre se puede ser, eso se gana con sinceridad, humildad y sencillez, no te lo otorga el dinero, no se compra.
TIBIO, COBARDE
Que cómodo hacerse a un lado, evitando ser salpicado, conducta de los cobardes, de los tibios, para llegar hay que pelear. El que calla otorga, siempre es bueno saber con quien cuenteas, tan pobre el arrogante como el cobarde comodino.
Trillado y triste, para contar a los amigos los dedos de una mano son muchos.
Fin

domingo, 11 de octubre de 2009

ESTAREMOS EN "FESTIVAL DE LA PALABRA"




Entérense, amigas y amigos, del evento literario de más calidad en el año. Si das click en la foto podrás ver cómodamente la invitación.

Se realizará en varias sedes y nosotras estaremos presentando, en la Sala de Usos Múltiples de la Escuela de Letras de la UNI SON, el grupo TALLER FEMENINO DE CREACIÓN LITERARIA -Próximamente Asociación de Escritoras- el performance "Cocinando Escritura".
Nuestra participación está programada para el viernes 23 por la tarde. Estaremos al alba para dar la hora exacta y subir aquí el programa completo, para que nuestros amigos estén enterados de todos los eventos.

FELICIDADES A LAS ESCRITORAS.
(Les envío invitación por mail y nos vemos para los ensayos)

jueves, 8 de octubre de 2009

Festival de la Palabra 2009

Un encuentro de los que leen con los que escriben.

A todos aquellos que nos hacen el honor de visitar nuestro blog, nos complace en informarles que se nos abrió un espacio en el:
“Festival de la Palabra 2009”

Estaremos leyendo para ustedes el día 23 de Octubre por la tarde, en el edificio de LETRAS de la UNISON.
Textos cortos, dramatizados, con nuestro singular sello, elaborados con los mejores ingredientes en su punto de sazón y cocimiento
Quedan cordialmente invitados a escucharnos.
En breve confirmamos horario.

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domingo, 4 de octubre de 2009

Amigas


Me comunico una vez por semana con Iolanda, mi amiga, nuestro día de cita virtual es el jueves. Ella la tiene anotada en su celular, no se fia de su memoria, mermada por la dedicación y el esfuerzo de criar a sus dos hijos, Pau de casi 3 años y Mireia de 5 meses. Su hora es casi al punto de la medianoche, la mia a eso de las 3 de la tarde. Yo le comparte mis comidas, aventuras cotidianas en la ciudad de Hermosillo y ella me platica de sus vivencias en Girona, la ciudad catalana que por mucho tiempo compartimos y ahora ella me describe como parte de su escenario vital, una vez por semana.
Me emocionó en nuestra última cita, cuando me habló del desengaño que tuvo al pedir un favor a una "amiga" y no ser correspondida.
Es algo que se siente y duele, me dolió por ella y también por mi, por esos arañazos que hemos recibido y de seguro también dado a las dichas y consideradas amigas. Me hubiera gustado decirle que yo jamás le fallaría, que donde estuviera, acudiría a ella para ayudarla, darle mi cariño y apoyo. Pero no pude, porque ahora le mentiria, y eso me hizo extrañarla aún más.
Mi cita del lunes es MLouise, ella desde Alemania se instaló en la Costa Brava y es desde ahí donde me relata sus vivencias cotidianas, amorosas, sus anhelos y sus busquedas. Con la ayuda de un amigo se conecta a este gran invento, el Skype, y ahí por este medio puedo seguir el crecimiento de sus gatos, compartir risas y complicidades. Después de algunos años de vivir pequeños momentos, ahora compartimos la vida, y aunque a miles de kilómetros, la siento muy cercana.

No nos importa la diferencia horaria, perdernos nuestras series favoritas, andar con sueño o retrasar la comida, porque somos amigas.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Naturaleza que nos domina

Siempre que tiene oportunidad la naturaleza nos da un toque para recordarnos su grandeza, su poder, su implacabilidad. El cielo se cubrió de repente, del gris pasó al negro y empezó a soltar con rabia agua y granizo en este lugar donde esta práctica no es habitual.
Mugris no sabía donde meterse, pasó de la excitación inicial al miedo y con sus saltos inquietantes intentando esquivar el agua que se colaba indiscreta por debajo de la puerta de la sala, demostró que aquí los gatos, insectos, plantas y las personas no estamos preparados para tal ejemplo de fuerza natural.
Mi vecina de patio la tarántula, se ahoggó irremediablemente, encontré su cadaver encogido, inmovil e inmenso. La agarró desprevenida, y su pareja?, la anadrá buscando merodeando mi casa y acusándome de asesinato? Esperemos qque no sea así.
La casa donde ahora habito está construida en lo que fuera el cauce de un río, por unos momentos escuchando el estrépito del agua furiosa y el granizo golpeando el tejado y las ventanas, pensé que nos desprendiamos y saliamos navegando rumbo a..., donde me llevaria ese rio? El mar queda lejos, sería un largo y bello viaje, pero jamás zarpamos, quizás ala próxima.
Me sentí muy chiquita durante la más de medi hora de la tormenta. A veces me olvido de la vulnerabilidad, de la pequeñez de los humanos que nos creemos invencibles, intocables.
Me senté un rato frente a mi casa de renta después del aguacero, sentia el aire frio, lo agradecí, también viendo ya el cielo estrellado pensé en esa fuerza natural, incontrolable y me sentí a gusto.
Los gritos, el llanto furioso de la gran naturleza me limpió, me situó en mi lugar de simple hunmana mortal.
Después subí a mi carro y me dirigí a un refugio donde las tormentas y los estragos naturales no dejan huella, la barra de la cocina de Vero para reunirnos a inventar aunas lecturas con mis amigas literatas. Algunas con la luz de un relámpago, otras sonoras y contundentes como el trueno y nuestra naturaleza femenina reunida me llevó de la tempestad natural a la creativa.

domingo, 20 de septiembre de 2009


La vida puede cambiar en un segundo, como dicen los magos ahora estas, ahora ya no estas, me pregunto que tipo de experimento de Dios somos? Cuales serán sus pretensiones?, nosotros los mortales tan iguales, tan distintos.
Ayer aquí nos reunimos algunas literatas, somos mentes soñadoras, constructoras, arquitectas de nuestro destino, ponemos, quitamos, arreglamos, descomponemos pero lo más loable, lo más hermoso, nos respetamos y apoyamos. Que distintas, que iguales, Karina tan callada en el habla y tan rica en la escritura, sus textos desbordan vida, experiencia, sentimientos imaginación, Jimena, mi querida calabaza, luchadora del ambiente pelea como león sin embargo es un lindo gatito, ahora medio flaco porque se resiste a comer carne de ratón, Margarita, pionera, abriendo brecha para muchas, nos ha dado fuerza, armas para crecer, Rosa, con sus relatos tan sensuales, con esa facilidad de expresión oral y corporal, es un placer escucharla, además donde pone la mira pone la bala, sabe lo que quiere.
Háganme el favor, una velada de trabajo y plática en esta compañía, aderezada de botanitas y unas botellas de vino.
Vivir el momento, el ahora, planear y hacer. Si Dios te pide ir con el, que hayas hecho lo que quieres, lo que te gusta, que hayas crecido y dado lo mejor de ti.
Solo puedo decir ¡¡gracias!!

sábado, 19 de septiembre de 2009

Autoras V. Vivir sin miedo


Empiezo a leer "La Isla bajo el mar", con esas ánsias solo comprendidas y compartidas por los que hemos disfrutado en varias ocasiones de una suculenta lectura, de la pluma de un autor que casi nunca nos decepciona.
La última novela de Isabel Allende me vuelve a atrapar, ya en la página 383, me doy cuenta que voy a sufrir el término de esta, como sufro, me involucro y disfruto, en las páginas precedentes.
Esta vez, una de mis autoras de cabezera, aunque digan lo que digan los que dicen de ella, nos situa en una isla caribeña en plena esclavitud del siglo XVIII. La protagonista me enamora desde la primera descripción, los demás personajes provocan sentimientos encontrados, el ritmo te balancea, te lleva a diferentes niveles del alma humana, de los más bajos instintos y de otras bajezas avergonzantes.
Hay rabia, convicción, documentación, mágia, verdad y sensualidad en cada párrafo.
Cargo el libro desde La LLibreteria, esa libreria amiga que me lo ofreció como lectura viajera y con el volumen de tapa dura muy voluminoso, salté de continente, pasando por el mismo Caribe, donde sucede buena parte de la trama.
Ya voy terminando y ay! como todo lo rico, suculento, e interesante de la vida que tiene principio y fin, ya me dispongo a saborear los últimos capítulos.
Tarde de tormenta casi tropical acá en el noroeste mexicano, espero que sea benevolente el tiempo, sino deberé invocar a algun "loa" en los que cree y confia Zarité, la luchadora esclava creada por Isabel.
De la Allende no hace falta que les diga nada más no??? Reconocida por todos o muchos, no tiene desperdicio y aún más si es tachada como escritora de y para mujeres, no creen?

lunes, 14 de septiembre de 2009

PATRIOTA

Me topo con la puerta del baño, Fernando la cambio sin tomarme en cuenta, puso una de lamina espantosa endeble, cuando le reclamo dice que Diego las esta vendiendo, están de moda, pues estarán de moda y puede ser que lo haya echo con la buena intención de consumir los productos que vende, pero definitivamente no me gusta, me enfurezco, mientras el esta tratando de poner un cuadro, me remuerde un poco la conciencia, pues lo esta haciendo de muy buena gana, pero como se le ocurre hacer cambios sin consultarme, sin pedir mi opinión, yo soy la que limpia, merezco cuando menos el respeto de pedirme opinión, me dirijo hacia la puerta de la calle echando pestes, pensando que yo cambiare muchas cosa igual, sin tomarlo en cuenta, decido irme de la casa, al ir saliendo, me dice que como saldré así en camiseta de dormir, traigo una viejita, me percato que en frente de mi casa hay mucha gente, lo pienso un poco pues mi camiseta es casi transparente de esas que ya parecen papel de cebolla la consentida por cómoda y bajo ella solo llevo mis chones , no importa, me digo, mi indignación supera mi pena, entonces él tratando de detenerme grita ¡¡VIVA MÉXICO!! La gente vuelve su atención a la entrada de la casa, supone que evidenciandome me va a intimidar, sin importarme nada respondo a su grito con un fuerte y patriótico ¡¡VIVA!!... el potente grito que doy me despierta, al abrir los ojos veo a Fernando acostado en la cama con una cara de entre susto y sorpresa, he hecho que pegue tremendo salto, sin mas mi coraje e indignación se tornan en hilaridad, no puedo dejar de reírme a carcajadas, las lagrimas brotan de mis ojos por el ataque de risa, en la televisión están pasando algo sobre el grito, de ahí mi sueño.
Esto paso a las 6:30 de la mañana ahora son las 10:00 y todavía no puedo dejar de soltar carcajadas de ves en cuando al recordar su cara y mi forma de despertar.
Un excelente arranque de semana, la risa es la mejor medicina para todo.
¡¡VIVA MÉXICO!!

domingo, 13 de septiembre de 2009

Inicio de curso

Septiembre, ya llegué de vuelta a Hermosillo después de 70 y algunos dias de ausencia y 27 horas de aviones y aeropuertos, con noticias de secuestros que llenan de hooror y verguenza por la absurdidad y el desatino de algunos.
Me recibe el aire cálido de estas noches que aquí son veraniegas todavía, cambios en las infrasestructuras y la circulación, un nuevo puente por terminar y un nuevo flash. Un nuevo museo, el Musas, que abre las puertas con este inicio de curso. Se dislumbran buenas intenciones, algunos millones de inversión y esperemos un crecimiento notable de vida artístico-cultural, necesaria, diria imprescindible para la salud.

Agunas cosas buenas que no cambian, la carne asada, los tacos de cabeza, sonrisas y abrazos de bienvenida de amigos y complices, mi gato que recibe mis caricias con avidez y agradecimiento.

Algunas cosas malas que desgraciadamente no desaparecen, robos cercanos, desidia vecinal, más asfalto, más incredulidad gubernamental, menos agua...

Pero con las ganas para empezar otra vez, con el recuerdo de la famñilia y los amigos dejados allá en la vieja Europa a flor de piel. Se siente la distancia. Pero empieza una nueva aventura de proyectos, sueños, reencuentros, descubrimientos y decisiones por estrenar, ahora que empieza un nuevo curso de esta vida.

jueves, 10 de septiembre de 2009

BIENVENIDA A HERMOSILLO


Querida Rosa, nos da mucho gusto saber que llegaste a esta tu segunda casa, la cava ya se esta enfriando.
las escribanas

lunes, 7 de septiembre de 2009

GRACIAS POR MIS DESGRACIAS

Hace unos días me llego un mail, donde muestra como quedaron Hiroshima y Nagasaki después de ser bombardeadas por USA, hechas cenizas, polvo y como están ahora, modernas y hermosas, dos días mas tarde me tope con un documental de de la segunda guerra, la devastación en que quedaron tantas ciudades de Europa, me dejo perpleja, esos pueblos, que experimentaron la perdida total, de todo, ahora se irguen como primeras potencias, son los que llevan la batuta en modernidad y desarrollo, son pueblos unidos, luchadores, pujantes, que no se dejaron vencer por las adversidades, se solidarizaron haciendose mas fuertes.
Entonces, me pregunto ¿necesitamos los mexicanos de esos grandes desastres para darnos cuenta que la unión hace la fuerza?, que luchando juntos podemos, poniendo granitos de arena, cada uno, podemos hacer de este Mexico, la playa mas hermosa, que siendo leales, podemos levantar este país, limpiarlo de corrupción, de inseguridad, de ignorancia.
No cabe duda, las grandes desgracias, por desgracia, son las mejores lecciones.
Moraleja, da gracias, por tus desgracias, si has sabido salir de ellas, es porque eres un elegido de Dios