domingo, 23 de noviembre de 2008

El gigante dormido

Esta es la historia de un gigante que permanecía dormido desde tiempos inmemorables. Había estado tanto tiempo en esta somnolencia que los entes que vivían, convivían y permanecían junto a él pensaban que ésa era su naturaleza.
Se mofaban de él, inclusive llegaron a abusar de este personaje; decían que no podía estar despierto nunca porque, sencillamente, él había nacido dormido. Y entonces lo escalaban y bailaban sobre su pecho, su cabeza, sus piernas, toda superficie que podían pisar. La condición del gigante, inclusive, se había convertido en algo de utilidad: construían puentes que pasaban sobre él y también edificios. Era parte del entorno y estaban orgullosos de cómo se veía su ciudad gracias a él. Era un buen adorno.
Súbitamente el gigante empezó a moverse. No supieron bien dónde empezó todo. Tal vez primero fue un dedo, después todo el pié. A una mano le siguió un brazo y entonces empezó el desastre. Todos los entes de la aldea se reunieron porque la situación era una emergencia y sólo ellos podían solucionarla.
"Debemos cortarlo pedazo a pedazo", sugirió uno. "No", le contrarió otro, "necesitamos su fuerza, podría ser de utilidad si lo dominamos primero", "si, pero nos mataría de una pisada", contestó uno más. Continuaron con más ideas hasta que por ahí, un ente que permanecía entre las sombras alzó la voz.
"Este gigante no tiene ni idea de quién es, podemos utilizarlo, hacernos amigos de él y convertirlo en nuestro esclavo sin que él se dé cuenta". Y entonces todos callaron. El silencio sólo duró unos minutos, los entes eran lentos y debían digerir de la misma forma las nuevas ideas. Después todos asintieron.
El gigante terminó por despertarse aunque no resultó como ellos habían planeado. Hubo partes que despertaron demasiado y se apoderaron de las regiones donde le tocaba vivir, una pierna llegó a comandar la región donde vivía. Hubo otras partes del cuerpo que no tuvieron tanta suerte. Hicieron su lucha pero la somnolencia les ganó y quedaron en un letargo a las órdenes de los entes. El futuro del gigante está escrito, aunque sabe que si despierta totalmente podrá demostrar su supremacía sobre los entes, sus cadenas mentales aún no se lo permiten. Sólo el tiempo lo dirá...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Czarina:

Está inquietante tu historia, me quedo con ganas de saber más del gigante y sus entes. Interpreto al gigante como a las cosas que realmente valen la pena de la vida y a los entes como a lo menos importante que roban el tiempo y dominan. Yo creo que lo valiente es haber despertado e ir ganando el terreno por muy lento que sea el proceso, cada sueño que se va avivando es una motivación para el siguiente, el gigante debe liberarse y dedicarse a lo gigante y dejar que los entes crezcan o desapreacan y hagan lo propio. Una interesante metáfora. A ver si nos cuentas tu versión, no?

Anónimo dijo...

Pues bien, Karina. Déjame primero contarte que cuando a mí me hablaron de metáforas por vez primera yo no entendí ni jota.
Pues bien, ahora yo quise escribir una metáfora sobre la vida de la mujer en este mundo. Entendí, como mujer que soy, que nuestras capacidades son gigantescas, de ahí que haya elegido a un gigante.
Los entes son, no todos los hombres, pues entiendo a algunos como mejores que otros. Pero sí, los entes son aquellos que quieren tener el perfil abajo de la mujer, por miedo, por sentirse amenazados de que en realidad sean mejores que él.
Hay mujeres, como las partes del gigante, que han decidido decir, nomás. Pero la gran mayoría continúa bajo el yugo porque cree que es así como debe de ser... aún en nuestros días.
Y gracias por leer mi metáfora.