miércoles, 22 de julio de 2009

La hipocresía de la tolerancia


No tolero la tolerancia,
me da comezón su arrogancia disfrazada de bondad
es intolerable toda esa jactancia
cuando no viene acompañada de una verdadera compresión,
me quedo mejor con la indiferencia, que no tiene sabor.

Lo sabe quien alguna vez se ha creído diferente por algo,
por tener un poco menos de piezas, o un poco más de pelo
quienes saben menos o quienes miran de más
quienes aman sin ver las formas o quienes sólo sienten la mitad
quienes gritan con todas sus fuerzas o quienes preferimos callar.

No puedo creer en un Dios que nos dio el regalo de ser únicos
para que lo disolvamos en un río llamado sentido común
para que al fin del día recibamos el premio por funcionar bien
corriendo tras la meta de ser el mejor, pero el mejor igual.
no creo en tanto esfuerzo por ser singular, pero no tanto para desentonar.

Y luego que, que hemos cumplido lo que dicta tal escala
resulta que lo que hemos ganado, es una vara para juzgar
para decir que aceptamos que al menos viva el que no piensa igual,
para decir que somos tolerantes, aunque no baste para estar en paz.
Para profundizar en este mundo, más falta respetar, más falta amar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenisimo Karina,
Me parece totalmente acertado... te mando un abrazo,
Carmen Irene

Alma y Letra de mujer dijo...

Karina!!! que gusto, y como siempre buenisimo tu texto, sabes que soy tu admiradora.
No dejes de escribir, te lo pido.
verónica