viernes, 16 de julio de 2010

De viaje. Capítulo I




Esta es la crónica de mi travesía desde Hermosillo, mi domicilio actual, hasta la tierra de mis orígenes, ya saben, mi Empordá, en tierras catalanas, en la provincia de Girona.




Fin de semana intenso en la capital, esa tan desconocida y basta ciudad de México, por la que me paseo de la mano de la familia Bañuelos-Swet, mis tios y sobrinos adoptados y queridos, desde el primer intante que nos vimos. Paseo en bici taxi por la Alameda, excitante visita a la exposición de René Magritte, en Bellas Artes, grandes descubrimientos para adultos y niños, si pueden, no dejen de visitarla, cine, que linda Toy Story 3, y para no aburrirlos, una despedida muy grata de mi país de adopción.


Llegada puntual al aeropuerto, embarque fluido y sorpresa con susto incorporado en la pista de despegue: una avería en los instrumentos de navegación, incertidumbre con aterrizaje en el Hotel Camino Real por 24 horas.

Pero como en casi todos los cambios de planes tuve un magnífico hallazgo. Se llama Eva y lleva un acordeón de 17 kilos en su espalda para complacer a varios auditorios del mundo. Es alemana y una enamorada de México, por el que transita con sus notas acordeoníticas y contemporáneas, desde su Colonia natal.

No hubo barreras de lenguaje y la situación nos unió por esas 24 horas, que al pensarlo, se sintieron cortas. Gracias Eva por compartir interrogantes pasillos y esperas.

Llegada a Catalunya con el recibimiento de lágrimas amigas. Que gusto saberte extrañada y querida! verdad?

Tiempo para reclamaciones de una compañía aérea que no responde, familia, cursos, cuentos y amigos.

Tiempo para extrañar los calores, los sabores, los olores de esa tierra sonorense que desde este lado se lee violenta, inóspita, salvaje.
Desde cerca es casa, es amor, son planes, es ahora mi vida.

Luego sigo compartiendo, ahora voy a disfrutar de este paréntesis agradable, verde, afectuoso, con muchas ganas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Rosa, si algo me encanta son las crónicas de viaje. Mucho más como lo haces tú a quien quiero tanto y de quién he aprendido mucho, sigue por favor compartiendo tus vivencias y un abrazo a todos los que sabemos existen en tu corazón y en calalunya, a los que algún dia veremos en carne y hueso, vale. Ana Imelda

Anónimo dijo...

Me encanta leer lo positiva que eres y mas aun como te expresas de estas tierras deserticas y calurosas, que gusto saber que estas disfrutando a tu gente, ya sabes que mandamos saludos calurosos para no desentonar.
un beso veronica