lunes, 15 de febrero de 2010

El día de la Beca

Como es costumbre la TV se prendió a las 4:30am para que el Sr., escuche las noticias con los ojos cerrados y medio roncando,… ¿yo? Me despierto, luego entre que las escucho y las sueño, así ando yo sufriendo secuestros o sobreviviendo en terremotos e inundaciones. Su programación debería empezar con películas pornográficas así mis pesadillas noticiosas se convertirían en sueños húmedos.
Hoy agradecí despertar de madrugada, había muchas cosas por hacer, mis niños se fueron a una boda en Acapulco, tempranito, se me hizo el baño, me puse muy guapa para que la mañana rindiera, pase por Diego y Romelia que también fue a la boda. Hace tanto tiempo que no ruleteó como mamá, que había olvidado los terribles congestionamientos de trafico a la hora de escuelas; recordé a muchas madres, todas las de los choferes que no me dejaban pasar, me tope con hombres y mujeres haciendo alarde de paciencia, mas bien padecían de demencia pachorruda, un recorrido que yo haría en 10 min lo hice en 35 min, pero llegué, llegué al aeropuerto, los tire en la entrada, para regresar a casa con Megan, la perrita de Diego, que me deja cuando viaja, linda ella, se hace pipi en la sala, popo en mi baño y molesta a Matilda todo el día; Matilda, es la perrita de Ale, también quedo a mi cuidado mas los peces.
De ahí a una cita muy importante, la entrega de las becas de FECAS, llegué al estacionamiento de atrás cerrado por una cadena, el encargado fue a abrirla pero no podía, estaba muy tensa, forcejeo, la detenía con las pierna, luego por el otro lado, se aflojaba las manos tomaba fuerzas y emprendía de nuevo la batalla contra esa cadena maldita que se negaba a desengancharse, estaba a punto de bajarme a ayudarle, cuando por fin, pudo abrirla.
A Margarita le otorgarón una beca para el Taller Femenino de Creación Literaria, al que yo pertenezco y funjo como secretaria, porque ahora nos hemos convertido en una Asociación Civil. Llegue muy temprano, el aire estaba helado, a la entrada del edificio, había una cantidad de jóvenes secundaríamos que daba miedo. Ana y Margarita llegaron un poco mas tarde, la ceremonia muy elocuente, Margarita dirigió unas palabras, nos presento a Ana y a mi a la audiencia, aplausos y despues departimos con todos los invitados personas importantes de las artes en Sonora, unas cuantas fotos y cada quien a lo suyo.
Le pedí a Ana me acompañara a hacer un trámite de la asociación a Relaciones Exteriores, íbamos saliendo cuando le dije -me esperara un momento para ir por una botella de agua-, fui y regrese al lugar donde la había dejado…nada de Ana, la busque, salí al estacionamiento tres veses, los jóvenes que entraron cuando llegué, salieron cuando salí, parecían enormes hormigas mal formadas, de formación, hilera, línea, no de forma, subía los escalones cuando dos jóvenes moustros correteándose y forcejeando se tropezaron conmigo, dándome un empujón, no me caí, me tambalee, pero me dejaron desalineado el tobillo, la cadera y el cuello, necesite tomarme un tiempo para proceder a dar el primer paso, abandonada , congelada y golpeada, decidí entonces irme a mi auto, intente hablarle a Ana pero no tenia su celular, ya iba en mi auto cuando suena el teléfono,
Ana -¿Donde estas?-,
Yo -¡Tu, donde estas!-
Un intercambio de acuerdos, nos vemos frente a…, nos perdimos de nuevo, otro intercambio de acuerdos telefónicos,… perdidas de nuevo.
Yo -¡pos que no dijiste que arriba del puente!-
Ana - No, yo dije en el puente, asómate estoy abajo!-
Yo –Nhaa, pos si ya estoy bajando-
Ana -Vente para el norte-
Yo -No se para donde es el norte-
Ana -Estoy abajo de puente-
Yo - ya voy-
Ana – ya te vi-
Yo – yo también-
Así termino la conversación telefónica.
Fue en ese momento cuando ambas nos dimos cuenta que hubiera sido más fácil y rápido llegar a pie, pero no, ahí vamos las dos pérdidas y cada una en su carro.
Llegamos a relaciones Exteriores, y me dice -es aquí o nos dijeron en seguida de relaciones-, conteste -es aquí- . Advirtiendo la inseguridad y falta de conocimientos de ambas, mejor entramos a preguntar, el policía –si en la caja 7- .
Nos dirigimos a la caja 7, afortunadamente solo estaba una señora a la que ya estaba despachando la encargada, nos acercamos, haciendo las preguntas pertinentes, nos corrigió algunos puntos y nos informo que no había sistema así que el tramite no seria posible sino hasta el próximo lunes; mientras hablaba Imelda le decía- no estamos sordas_, yo la voltee a ver y me dijo –pues, por que grita- me hice la sorda y la mujer preguntaba -¿Qué?- -no nada- Imelda de nuevo –que no estamos sordas- yo al disimule, Llili nos había advertido que era mal humorada y que le siguiéramos la corriente, porque si no nos haría de largas el tramite, lo bueno fue que la burócrata no se dio cuenta… uuffff, dos llamadas por teléfono para completar los datos y nos despedimos.
Iba yo pensando que haría de comer, al cruzar la calle oigo un chillido de llantas, tremendo susto, se me pone la piel de gallina, reflejo condicionado de algunos accidentes en los que he participado, no, no era para mi, a un pobre bicicletero lo atropello un auto, afortunado hombre se levanto después de vociferar algunas maldiciones y siguió su camino.
Llegue a casa, a recoger el desmadre que hacen mis dos nietas perras, Megan y Matilda.

Sinceramente fue un lindo día.

SOMOS SOCIEDAD, SOMOS ESCRITORAS.

Nos vemos, besos

4 comentarios:

Margarita Oropeza dijo...

¡Pero cómo! ¿Nadie ha comentado este lindo texto? Yo, por ejemplo, siento consuelo al saber que el señor de mi casa a quien le encanta levantarse temprano para saber puntualmente, cuántos muertos más y cuáles catástrofes azotaron al mundo, no es el único ni soy bicho raro porque preferiría despertar con música New Age para meditar mientras amanece.
Sep, Vero... a pesar del corre-corre, fue un lindo día.

Hey Jude dijo...

Felicidades, Margarita y Taller literario...

Anónimo dijo...

Muy gráfico el relato.
Gracias Vero por compartirlo.
Rosa

Anónimo dijo...

Feli muchas gracias a nombre de todas por tus felicitaciones, ojala nos visites para platicar
verónica