lunes, 11 de enero de 2010

LÍQUIDOS VITALES

Las sirenas de las ambulancias y patrullas me preceden en mi ruta habitual, envuelta en pensamientos de fin de semana postvacacional. Intento desviar la atención a tanta alarma sonora, pero de repente me rodenan estos vehículos y al intentar entender lo que ocurre, frente a mi aparece una escena inespereda y escalofriante. Tardo segundos en enfocar y algunos más en comprender lo que hace pocos minutos ha ocurrido. La evidencia de un cuerpo tendido en el caliente asfalto de mediodia, como bofetada a mi retina no me deja dudas, mientras el vital líquido tiñe de roja violencia el suelo.

Me acompañan a casa el miedo, la impotencia, la incredulidad y los interrogantes. Al llegar a mi calle el carro salpica la acera de otro vital líquido derramado, esta vez es transparente, inodoro e insaboro. No puedo dejar de hacer un paralelismo entre los líquidos derramados. Los dos infunden vida, los dos son necesarios, su vertido innecesario es una perdida irreparable, como una vida, como tantas vidas, cada vez menos vidas.

No sé como calmar el desasosiego al entrar en casa. Mientras intento no ofuscarme, no asustarme, no escapar. Me esfuerzo en imaginar que las sirenas escuchadas, no eran alarmantes sonidos de peligro, que me llevan a una escena de muerte, sino los cantos de aquellas que en el fondo de los mares intentan hipnotizar a los marinos.  Las sirenas de colas transparentes y cantos embrujados que pudieran llevarse toda violencia, tanta  mortaldad, tanta injustícia y crueldad.

1 comentario:

veronica dijo...

Querida Rosa, pero mira que te a tocado conocer un Hermosillo violento y ahora inseguro.
teniamos la suerte hasta hace poco de poder presumir una ciudad sgura, lastima que eso este cambiando, pero me alegra que eso no te desanime a seguir aca sabes que habemos gente que te queremos mucho.
besos