Reflejos partidos, espejismos brillosos lo son
destellos trillados, hablados y desmenuzados
están pero se esfuman, están pero hablan a lo lejos
articulan, rondan y se reflejan una y otra vez.
Y a destiempo uno brinca,
se destrampa, me remueve y me remata
son espejismos, son de vaivén amado
pero a destiempo insiste y se vuelve real
y aturde con agudeza
como entero y eterno
aunque son efímeros como el tiempo.
Me deslava, me desgasta y me nutre
real y profundo, estable y verdadero
y se torna eterno
son reflejo de tierra y energía desprendible
son de peso, son de hierro, son de todo y de realidad
aman de verdad, lloran de verdad
Su amor no es efímero y su llanto es pasajero
se diluyen como el tiempo
me corrompe y me educa
y al final queda un verdadero y real
destello de eternidad.
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2 comentarios:
Bueno, Carmen Irene
Te diré que me encanta la idea de como vemos los reflejos de eternidad en los momentos que vamos viviendo, como a veces he deseado que un intante duré para siempre, pero tal vez si durara ya no sería tan único. Lo duradero también tiene su chiste.Creo eso de que todos los sucesos, las personas, las ideas que aparecen en nuestra camino tienen un sentido, a veces 60 minutos te llenan una vida, y a veces una vida sólo te lleno 60 minutos. De cuaquier forma, tu escrito me recordó aquello de dos seres que cruzan sus miradas en este mundo sólo para reconocerse en la eternidad. Esta muy bello, en sentido y forma.
Karina!
Gracias por tu comentario.
De eso se trata precisamente de esos momentos, que
aun que a veces tratan de pasar desapercibidos,
la gran importancia que tienen.
Me da gusto que te hay gustado.
Carmen Irene
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