martes, 3 de agosto de 2010

De viaje. Capítulo II. El gran Chuck el bueno.


Es lo que tiene estar medio de vacaciones, que una se despista y pasan los días y no comparte como es debido las experiencias y las sensaciones al momento.

Por eso hoy, segundo día de mis ya ahora sí declaradas vacaciones, después de un julio de cursos de cuentos, visitas guiadas a fábricas modernistas y otros quehaceres placenteros, les comparto una de mis últimas experiencias.

Esta es una pérdida, la de un compañero fiel, la de un ser bueno, noble, paciente y cariñoso. Compañero de una amiga y por lo tanto, también sentido como propio.
Hoy se va Chuck, un perro enorme en bondad y apariencia, más humano que muchos humanos con los que nos tropezamos o convivimos a diario y no exagero. Su dueña, mi querida Ma Louise, lo recogió hace ya unos cuantos años, cuando sus antiguos dueños ya no podían cuidarlo, ella generosa con personas y animales, no pudo soportar la idea de que este canino grandote de mirada sincera, terminara sus dias en una perrera.

Lo añadió a su ya gran familia animal y ahí en la Costa Brava, ha vivido feliz en compañía de gatos y perros, al cuidado de su amorosa ama.

Hoy es un día triste Chuck, pero no queremos que sufras, no podemos permitir que ese mal que no tiene piedad, no te deje ser un perro digno, noble y alegre.

Hoy vas a saltar al gran prado de los perros que ya no estan con nosotros, me acuerdo ahora de Balam, el corazón noble de San Cristobal de las Casas y de Kiss, el pequeño y buen perro de Cruilles, perro de mi familia por muchos años.
Chuck, junto con ellos y muchos más, vas a explorar, correr y jugar como te gusta, en esa parte donde no hay dolor, por que los que son como tu, no lo merecen.

Hoy te irás al lado de quien te ha querido todo este tiempo, en paz y tranquilo, ella por que te quiere, te lo pone fácil y te abre la puerta al sueño, que es el umbral para tu prado eterno y feliz.

Yo porque os quiero, les comparto a los seguidores, compañeros y cómplices de este blog, uno de mis días, que como ocurre a veces incluso de viaje, es un día en el que el cielo llora.


Para Chuck, in memoriam.

2 comentarios:

Leobardo dijo...

No hay mejor forma de recordar a Chuck. Ya miles lo conocemos ahora.

Saludos

Karina dijo...

Claro, que hermoso... Sabes lo que a veces llego a extrañar de estos amigos que se han ido... las miradas amorosas que te siguen y te encuentran, que a veces te consuelan y te curan más allá de lo que tu crees hacer por ellos... y hay momentos que te obligan a ser valiente y llegar más allá de tus fuerzas como este día... En la casa se llamaba Domingo, tan tranquilo como eso, tenía los ojos grises los más divinos del planeta, una mirada coqueta de reojo, de seguro se irán de conquista por allí juntos...