NIVEL 5

Las notícias me alteran. Las más cercanas con excepticismo, las de más lejos con alarmismo. Hace apenas unas horas estamos en nivel 5 de alerta. Jamás havía pensado en una situación como esta, podeis llamarme ingénua, confiada..., pero por más que lo lea y lo escuche, aún no capto la magnitud de este termino, de esta alarma mundial.
Siempre me ha parecido de ciencia ficción esto de que una enfermedad nos afecte e incluso aniquile, de oriente a occidente, surcando mares y cielos, para encontrarnos, frágiles y vulnerables y acabar con nosotros. Me vienen escenas de películas a la mente, esta educación y adicción cinéfila, que no sé si ayuda en muchos casos...
Pero es que una vez más la realidad parece superar la ficción. Escucho de boca de la presidenta de la OMS, que como siempre y por desgracia, en paises desarrollados los efectos seran menores, que en los denominados en vias de desarrollo la afectación tendrá magnitudes mayores y por supuesto negativas. Tengo miedo si, precisamente por asustarme, por no saber que pensar de tal bombardeo informativo, miedo por este México paralizado y atemorizado bajo cubrebocas en peligro de extinción, miedo por el miedo de mi família, allá en la Europa que ve con pánico qualquier avión que llega de tierra azteca. Curiosamente de lo único que no tengo miedo es de enfermar, de momento, aquí en tierra cálida este virus suigeneris, parece andar en la sombra.
Y me queda escribir, y me queda esperar como tantos, que esto pase, que no cunda el pánico. Que vuelvan los bailes y el teatro, que no cese la música, que los turistas no cambien el rumbo y sigan conociendo una tierra que no merece ser señalada como portadora de contagios malignos, sino que los que vengan, los que estamos, sigamos contagiándonos de humor, tenacidad, cultura, sabiduria, calidez y paisajes vivos.
Que no suba el nivel 5 de alarmismo, que se eleve el de confianza, el de serenidad y entereza para enterarnos de lo que pasa en realidad, sin solo escuchar lo que conviene a algunos.