miércoles, 29 de abril de 2009

NIVEL 5. II parte


Nuestros carros se cruzan en el pasillo del supermercado, su sonrisa me saluda. Es alto, robusto, fornido, palabra que me gusta, el también, una cara amable para terminar el día. Mi respuesta, una sonrisa con interrogante, pero agradecida, ¿nos conocemos?. En su carro montones de jugos de diversos sabores, fruta, pan y otros productos que no alcanzo a ver. Padre de família seguro, trabajador también, aún con traje ejecutivo a la última hora antes del cierre del super. Sigo el recorrido en los pasillos, no lo vuelvo a ver, tampoco lo busco. LLego a la caja y ahí está, frente a mi. Me saluda con una nueva sonrisa amable, a la que le sigue un: -perdón, antes te confundí con una amiga!-. No hay decepción por mi parte, me relajo al saber que no intentaba ligar. Deposita sus puntos en mi tarjeta, olvidó la suya me dice, que amable. Su compra es abundante y aprovecha para seguir con la charla. Para mi sorpresa, me estampa que si ya escuché al presidente, que habría paro general en empresas hasta el próximo miércoles, veo cansancio anticipado por tantos días de família en cautiverio. Me relata de su escepticismo frente a tanta alarma, prevención y parálisis vital. Noto en sus ojos búsqueda de complicidad. El cajero también lo nota, mientras le reclama por tercera vez el pago. El deja de verme solo el momento en que lo realiza. Yo mientras, le hablo de mi enojo, de mi incredulidad, de mi impotencia ante todo este asunto.
Él con su mandado empacado y sin escuchar los consejos del cajero pidiendo que se mueva, me dice que... incluso van a prohibirnos los besos!!!
Con una leve sonrisa interior, en ese momento pienso en mi mamá y la prohibición de estos en mi pubertad. Pienso en mis amigas de letras y nuestras complicidades y pienso en escribir esto. Mientras, ese cliente de última hora me desea suerte, buscando mis labios con su mirada, besándolos sin tocarlos.
Sube el nivel de alerta en el cajero, la caja colapsada y yo pensando que no sé que pensar de todo esto, por eso mejor escribirlo.

3 comentarios:

veronica dijo...

Mi querida rosa... esos besos con mucha saliva ahora estan prohibidos, pero los besos lanzados al aire, complices de secrto, son tambien exitantes, misteriosos, burbugeantes de autoestima... aprendamos a disfrutarlos mientras nos permiten los que tal ves contagien, pero que son riquisimos... querida hermana de letras

Margarita dijo...

¡Rosa!
Dios te bendijo en ese rato; mira que conocer un hombre vestido de ejecutivo (guapo para colmo), haciendo el super y que ¡además te besa con la mirada!
Santo Dios, como mi tía la solterona decía: ¡Qué suerte tienen algunas!

Jimena dijo...

Rosa. The best is just to begain, recuerdo la pieza que bailaron los madrileños cuanto estabamos en el nivel 4. La pandemia no podrá alejarnos, es imposible mirar sin hablar, ahora más que nunca que los besos estan prohibidos, los ojos nos delatarán ja! abre bien los ojos que casi no tienes.